Desde la adopción por parejas del mismo sexo a los vientres de alquiler, la ideología dominante ha convertido al niño en una mercancía: ya no se trata de hacerle un bien a él, sino de que él encaje en los clichés ideológicos con los que los lobbys presionan a los legisladores. Así lo explica Francisco Martínez, presidente de la Asociación Libertas, a Religión en Libertad: