Durante más de 55 años, las administraciones en EEUU han detectado que los hijos de minorías latinas y negras, otros migrantes y la población de menor nivel cultural y económico tienen mayores índices de fracaso escolar, y por lo tanto, social. Para reducir este fracaso, se ha buscado reducir la llamada “diferencia de oportunidades” [opportunity gap], que se centra en factores “externos” a la familia y la persona: mejorar la nutrición, conocer el idioma inglés, tener más acceso a ordenadores, invertir más dinero en las escuelas…
Ahora, William Jeynes, Profesor de Educación en la Universidad Estatal de California, Long Beach, que ha sido asesor en 3 administraciones presidenciales, después de un metaestudio repasando 30 estudios previos, llega a la conclusión de que lo que de verdad logra éxitos en la escuela para los chavales son 2 cosas muy concretas que son previas y anteriores a la escuela:
– que los niños crezcan con su padre y su madre naturales en casa (con ambos juntos).
– que ellos y sus familias se declaren religiosos, y lo demuestren acudiendo regularmente a la iglesia o a otro lugar de culto.